Un movimiento artístico es una tendencia referente al arte, con una filosofía o estilo común, seguida por un grupo de artistas durante un período (como el movimiento dadaísta o el pop-art), o característico de
una época más extensa de la Historia del Arte, como el renacentista o barroco.
Si
está limitado a un grupo de artistas en un lugar y momento concreto, se habla entonces de una escuela
artística; por ejemplo, la escuela sevillana de pintura.
Con
la palabra estilo también se alude a las características
que unifican o distinguen a un autor de otro (el estilo personal o la voluntad de estilo,[1] que se hace más marcada en los genios del arte y en la
personalidad de los artistas burgueses,
sometidos al mercado de arte,[2] sobre todo a partir del romanticismo); o, menos usualmente, a
la kunstwollen (voluntad de arte o voluntad
artística, en expresión de Alois Riegl).
CARACTERISTICAS
Cada
movimiento o estilo artístico refleja el arte con ciertos rasgos similares
durante una etapa de tiempo, siendo un fenómeno de expresión artística que
manifiesta las características propias de la época en el que surge. Los
movimientos o estilos artísticos se clasifican por los historiadores
del arte o de la literatura atendiendo a distintos
criterios de periodización (por ejemplo, la generación) y se proyectan en las
diferentes áreas de laliteratura y el arte o bellas artes: música, artes visuales (pintura, escultura y arquitectura).
Estilos artísticosGéneros artísticos
Cada
periodo histórico ha tenido unas características concretas y definibles,
comunes a otras regiones y culturas, o bien únicas y diferenciadas, que han ido
evolucionando con el devenir de los tiempos. De ahí surgen los estilos
artísticos, que pueden tener un origen geográfico o temporal, o incluso reducirse a
la obra de un artista en concreto, siempre y cuando se produzcan unas formas
artísticas claramente definitorias. ‘Estilo’ proviene dellatín stilus (‘punzón’), escrito en
época medieval como stylus por influencia del término griego στύλος (stylos, ‘columna’). Antiguamente, se denominaba
así a un tipo de punzón para escribir sobre tablillas de cera; con el tiempo, pasó a designar tanto el
instrumento, como el trabajo del escritor y su manera de escribir. El concepto
de estilo surgió en literatura, pero pronto se extendió al resto de artes,
especialmente música y danza. Actualmente se emplea este término en su sentido metonímico, es decir, como aquella
cualidad que identifica la forma de trabajar, de expresarse o de concebir una
obra de arte por parte del artista, o bien, en sentido más genérico, de un
conjunto de artistas u obras que tienen diversos puntos en común, agrupados
geográfica o cronológicamente. Así, el estilo puede ser tanto un conjunto de
caracteres formales, bien individuales –la forma de escribir, de componer o de
elaborar una obra de arte por parte de un artista–, o bien colectivos –de un
grupo, una época o un lugar geográfico–, como un sistema orgánico de formas, en
que sería la conjunción de determinados factores la que generaría la forma de
trabajar del grupo, como en el arte románico, gótico, barroco, etc. Según Focillon, un estilo es «un conjunto
coherente de formas unidas por una conveniencia recíproca, sumisas a una lógica
interna que las organiza».
Utilizando
el término "género", muy polisémico,
se componen los conceptos de género
artístico o géneros
artísticos en cada una de las artes,
con muy distintos significados: en algunas equivalentes a los movimientos o
estilos y en otras con un significado diferente, que distingue los temas a los que se aplica el arte (tema artístico). Por ejemplo, en
pintura el retrato, el paisaje, el bodegón, la pintura
de historia o incluso la denominada
"pintura
de género".
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